jueves, 19 de febrero de 2015

Mi pequeño yo


Suena la alarma del despertador, sin mucho afán y con calma me levanto de la cama, empezando así la rutina de cada día: cepillarme los dientes, ducharme, vestirme, peinarme y por último desayunar. Una vez que termino salgo inmediatamente para ir a la universidad, de camino veo una niña de algunos siete años detrás de un poste, veo que me hace señas con la mano para que me acerque, cuando lo hago la niña sale corriendo y yo instintivamente hago lo mismo, luego de un largo rato persiguiéndola veo que se detiene en un parque frente a los columpios, me detengo a unos centímetros mas atrás de ella y me quedo mirándola de frente, es igual a mi cuando tenia su edad, pienso.




Nos quedamos un rato allí, una en frente de la otra, contemplándonos en silencio, hasta que la niña decidió hablar.

- ¿Nunca has pensado que pasaría si te encontraras con tu yo de niña?

un poco extrañada por la pregunta le contesto que no

- Pues yo si me encontrara con mi yo de adulta le haría muchísimas preguntas.

Aun extrañada por el rumbo de esta conversación decidí seguirla

- ¿Que le preguntarías?

La niña se quedo pensando a lo lejos y luego de un rato volvió a si misma aunque parecía distinta, su mirada era triste y cuando empezó a hablar note cierto tono de tristeza.

- le preguntaría que ¿En donde quedo aquella alegría y amor que poseía? ¿Dónde esta su motivación por la vida que demostraba en cada sonrisa al despertar? ¿Dónde quedaron aquellos sueños y metas? ¿Todo eso donde quedo?

Sentí que todas esas preguntas eran para mi y sin pensarlo mucho respondí:

- Me deje llevar por el mundo, lo culpe tanto por mis desgracias que termino ganando, se llevo mi sonrisa, mi corazón, mi motivación, todo, me dejo sin nada, vacía, sin emociones, vagando por las calles buscando algo que lo llenara, pero nunca lo encontré. En verdad me esforcé mucho pero en cada caída era mas difícil levantarme hasta que me rendí, si mi yo de niña me viera ahora seguro estaría decepcionada.

El rostro de la niña tomo una expresión de consuelo, cambio su tono de voz a uno mas amable y cálido y me dijo:

- No me decepcionaste, por eso estoy aquí para darte fuerzas para continuar, para recordarte que en cada caída, en cada fracaso, en cada camino, hay una nueva oportunidad, un nuevo comienzo lleno de aventuras, de amores, desamores, tristezas y alegrías, porque de eso se trata la vida de nuevos comienzos y de vivir cada uno de ellos con intensidad.



Sin decir mas se marcho dejando aquellas palabras retumbando en mi cabeza...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario